viernes, 2 de octubre de 2009

Palabras curiosas


Me ha dado ahora por hacer una especie de colección de palabras que considero curiosas. Algo así como hacía el hermano de Nicole Kidman en la película La intérprete.

Empecemos, por ejemplo, con palabras largas, casi imposible de pronunciar para algunos.

  • Otorrinolaringología, esternocleidomastoideo, electroencefalografista, ácido acetilsalicílico...
Y si usted no se atreve a pronunciar estas palabras, es porque tiene hipopotomonstrosesquipedaliofobia (palabra que no recoge la RAE, evidentemente). ¿No es irónico aplicarle esta palabreja a alguien que tiene fobia a palabras largas o complicadas? ¡Es el colmo de los colmos!

Palabras curiosas con vocales repetidas.

  • Vehementemente, excelentemente, condescendientemente...
  • Asarabácara, abarraganarse, barrabasada
  • Tintirintín, pitiminí
  • Odontólogo, zozobroso
  • Sucusumusu, tuturutú
Palíndromos: que se leen al derecho y al revés.

  • Reconocer
  • Sanidinas
  • Sé verla al revés
  • Sometemos


jueves, 9 de abril de 2009

En diferido

Me resultó interesante cómo el participio de un verbo, en forma de locución adjetiva, consigue formar un nuevo significado.
Fue al comprobar el significado del verbo diferir el cual, en primera instancia, me vino a la cabeza con el significado de 'distinguirse o diferenciarse'. Mis intenciones difieren mucho de las tuyas. No obstante, resultó tener además el significado de 'aplazar o retrasar'. Conviene diferir la reunión para el martes día diez.
Con este mismo sentido, se habla en la locución en diferido, pues la transmisión del evento televisivo o radiofónico que se menciona ha sido aplazado para su ejecución en días posteriores.

Ojo, no confundir con el participio deferido. Este se usa generalmente en ámbitos jurídicos para designar el traspaso o la remisión de una decisión o poder a otra autoridad. El caso ha sido deferido al Tribunal Supremo.

sábado, 4 de abril de 2009

¿Ecuestre o hípico?

Buscando con mi madre hoy información sobre caballos, me saltó esta duda: ¿ecuestre o hípico? Estas dos palabras tienen mucha similitud. En general, las dos palabras, como adjetivos, designan algo 'relativo al caballo', por lo que podrían ser sustitutivas. No obstante, se ha estimado por puro consenso el uso de una más que la otra en ciertos contextos, contribuyendo así a la aparición de nuevas acepciones.

— ¿Batalla ecuestre o hípica? Si hablamos de un combate donde se enfrenta la caballería, lo más apropiado sería usar «ecuestre». Si nos referimos metafóricamente a la batalla que puedan disputar los miembros de un concurso en una carrera de caballos, valdría «hípica».

— Teniendo en cuenta lo mencionado arriba, lo más usual es hablar de «concurso hípico» y no «concurso ecuestre».

— Referente a la pintura y escultura, decimos «ecuestre» para referirnos a una figura puesta a caballo: pinturas ecuestres, estatua ecuestre...

Como información adicional, cabe destacar que «hípico» es una palabra griega. Y «ecuestre», una palabra latina.

La vorágine


No, no, no es «aborágine». Y, como diría uno de mis profesores, «es macha y no macho».

Esta bonita palabra, «vorágine», viene del latín
vorāgo, 'torbellino, abismo'. De ahí que una de sus acepciones sea 'remolino que resurge en ciertas aguas', que fue uno de sus primeros significados.
Por extensión, se relacionó con 'aglomeración, confusión y desorden de gentes, sucesos o sentimientos'. Como lo es «la aborágine vorágine de las grandes ciudades».


viernes, 27 de marzo de 2009

Quicio


Siempre me ha parecido curioso el significado de ciertas palabras que la mayoría conocemos dentro de expresiones o contextos precisos. Un ejemplo puede ser la palabra de quicio: «sacar de quicio», «fuera de quicio»...
¿Y quicio es?


quicio.


parte de la puerta o ventana en que se aguda la hoja,
donde los pernios y bisagras giran para abrir o cerrar.


Esas expresiones idiomáticas son un conjunto de palabras que tienen un significado particular, diferente del que sus palabras poseen en solitario. Además, existen algunos vocablos que por sí solos carecen de significado. Dependen estrictamente de otros para formarlo.


Sírvete de algunos ejemplos.

— La palabra volandas:

en volandas.

por el aire o levantado del suelo.


— La palabra ton:

sin ton ni son.

sin motivo, ocasión, o causa, o fuera de orden y medida.


— La palabra troche:

a troche y moche.

Disparatada e inconsideradamente.


— La palabra chus:

no decir chis ni mus.

no decir palabra.


¿Se te ocurre alguna?



miércoles, 18 de marzo de 2009

Diligencia y sus acepciones


La palabra diligencia, a la que yo le atribuía el significado de 'esmero y cuidado al realizar algo' (como virtud en contra de la pereza), resulta que abarca otros significados.
En adición al que yo intuía, significa 'rapidez y prontitud al realizar algo'. En definitiva, 'ser ágil a la par que eficiente'.
El significado más llamativo con el que me encontré, particularmente, es el de 'carruaje':

Definición de la RAE (acepción cuarta de diligencia)
Coche grande, dividido en dos o tres departamentos, arrastrado por caballerías y destinado al transporte de viajeros.




Finalmente, se le denomina también a los 'trámites administrativos, así como a las actas de los mismos'.
Referente a esta acepción, tengo un vago recuerdo sobre el uso de diligencias como 'gestiones, o encargos' fuera del ámbito administrativo; como también se diría en algún país latinoamericano: 'hacer unas vueltas'. Mañana tengo que ir a la capital a hacer unas diligencias.

Algo así como diríamos aquí hacer unos recados o mandados. Sinceramente, gusto más del ejemplo, aunque mi instinto me haga relacionar la palabra con lo administrativo y el papeleo.

sábado, 14 de marzo de 2009

Fañoso (editado)


Resulta curioso cuando tus padres te mencionan una palabra y, sin saber previamente su verdadero significado, continúas con la conversación como si fuese innato el conocimiento de esa palabra; ya conoces el registro lingüístico de tus padres, y eres consciente de lo que te quiere decir en todo momento.

Hoy me ilustró mi padre con la palabra fañoso que, como bien describe la RAE, significa 'que habla con pronunciación nasal', en especial al estar enfermo (en Canarias, las Antillas y Venezuela).
Lo curioso fue que, en ese preciso instante, yo inferí que me estaba diagnosticando 'enrabiado o enrabietado, malhumorado, de mala uva '. Hasta que me dio por pensar que quizá no escuché fañoso sino sañoso. Y, efectivamente, también existe la palabreja: 'que tiene saña' ('furor, enojo ciego'). ¡Esa es la palabra!

El resultado fue, ante todo, fructífero: un «dos por uno» por no haberme percatado de la palabra al cien por cien, hallando dos nuevos términos que irán a parar a mi léxico mental.